Ayer, como muchos andaluces, viví un día histórico para nuestra tierra. En los últimos días me he dejado la piel, para llevar al máximo número de personas, un proyecto político, un compromiso de la marca en la que milito, pero sobre todo un compromiso personal.

He hecho muchos kilómetros, he visitado muchos pueblos, he asistido a encuentros sectoriales, temáticos. Me he medido en numerosos debates con otras fuerzas políticas, y he dado mi palabra, mi mano y un abrazo a muchas personas que aún creen en la posibilidad de cambiar las cosas. Un cuerpo a cuerpo emocionante, porque son tantas las realidades, los éxitos y las dificultades…

Ha sido apasionante, aprender de tantas personas, escuchar, escuchar y escuchar!, porque esa es la principal misión, representar a las personas, conciliar los intereses, y servir desde los gobiernos a solucionar los problemas de la gente.

Escuché a las madres trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio, escuché a las organizaciones que luchan contra la pobreza, escuché a la comunidad educativa, escuché a los profesionales de la sanidad, a la Marea Blanca, a las familias de acogida, a las familias que tienen hijos con discapacidad. Escuché a mujeres empresarias, que luchan cada día por la igualdad, a los autónomos. Escuché a los agricultores del aljarafe sevillano y de Andalucía, a los empresarios de la investigación y el desarrollo de Andalucía. Escuché a las personas que se quedaron sin vivienda. Escuché a los protagonistas de la cultura, del flamenco, de la industria creativa.

Y en todo caso, me llevé el compromiso de trabajar codo con codo, desde la humildad, tumbando las barreras de la resignación, de la apatía, de la burocracia, de la soberbia, y construyendo un nuevo tiempo político desde la confianza en las personas y en las organizaciones sociales, y el diálogo sincero, con cercanía, y con empatía.

Son las personas las que levantan cada día esta tierra, las que sacan adelante sus familias, y toca al gobierno andaluz, acompañar y poner a disposición de los andaluces las herramientas necesarias, para una mayor justicia social, para generar empleo y para garantizar el estado del bienestar con especial atención a quienes mas lo necesitan.

Creo en la política de las personas, creo en la política que transforma la realidad para conquistar una sociedad capaz de convivir en paz, con respeto y tolerancia y con justicia social. En todas las fuerzas políticas me he encontrado personas comprometidas, pero todos los proyectos necesitan nuevos objetivos, nuevas metas, nuevos equipos.

Andalucía es una tierra diez. Con los recursos naturales y las personas capaces de luchar por esta tierra de historia, de honradez, de trabajo y de riqueza. Somos muchos los que hemos andado el camino juntos, somos TODOS, los que queremos lo mejor para Andalucía.

Ayer, como muchos años atrás, estuve viviendo la jornada a pie de mesa, con las personas que cada día dan la cara por unas siglas. Los resultados, hablaron alto y claro, la ilusión, ganó a la resignación. Los andaluces se levantaron y decidieron libres. Las ganas de cambio a mejor, me reafirma en la esperanza de un futuro de igualdad de oportunidades y la cooperación necesaria y la responsabilidad de todos para conseguirlo. Queda mucho por hacer. Sólo nos toca a partir de hoy, estar a la altura, con honestidad y generosidad, y trabajar duro por esta tierra.

“Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos
hombres de luz, que a los hombres,
alma de hombres les dimos.”


Sevilla 3 diciembre de 2018.

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