Puntuales a la cita, nos adentramos en las explicaciones de la guía, sobre la aventura que marcó un cambio en la forma de concebir el mundo. Tras el descubrimiento de América, los países buscaban nuevas rutas comerciales para el mercado de especias, y ante el proyecto de viaje de Fernando de Magallanes, la Corona, siendo Rey Carlos I, apuesta por la expedición, se fija nuevas metas y elige a los hombres mas avezados para emprender el Viaje más Largo, en 1519, con una profunda incertidumbre, rumbo al Sur, a lo desconocido, con el Capitán Magallanes al frente y Juan Sebastián Elcano, que formaba parte de la expedición.
A medida que el relato de la guía detallaba los anhelos y las dificultades del viaje, se comprende el trazado sinuoso de la ruta, que parte de Sevilla, hace su primera parada en Sanlúcar, y sigue hacia Tenerife, el primer puerto seguro, para continuar, cada vez mas mermados y entregados a una naturaleza que quisiera colaborar con los vientos propicios. Sorteando tormentas, y superando meses de calma con parada obligatoria de penuria y abandono en medio de la inmensidad del mar.
Ante la zozobra, surgen sublevaciones, y ante la desesperación la nao San Antonio, emprende viaje de regreso. Pero, la expedición continúa, pasan hambre, enfermedades, libran batallas, y trazan estrategias para cargar el anhelado material, toneladas de clavo. Convencidos de un sueño, la ruta continúa.
Magallanes se dejó la vida en el empeño, pero fue consciente de su gesta. Solo una nave, con Elcano al frente regresa a casa, culminando la primera circunnavegación de la tierra. Vítores, banderas, velas y cantos recibieron a los valientes.
La imagen sinuosa en el mapa, es como el viaje de la vida. Desde que nacemos, y nos marcamos un rumbo, a veces los vientos nos son favorables, y navegamos desplegando las velas, a veces confundimos la ruta, o fijamos mal el destino, y perdemos un tiempo valioso, pero que nos deja pericia y fortaleza. Nos rodeamos de la tripulación que rema a nuestro lado o que se subleva. Que bebe los vientos contigo, o que lo tira todo por la borda. Que comparte o mata por lo que es suyo.
Rachas de calma, no sabemos que hacer; el capitán arenga y anima. La flaqueza nos confunde, la ilusión se abre camino, tenemos gran triunfo, tierra a la vista. Tomamos fuerzas, y seguimos.
Alicia Martínez.