Actualmente, en el Museo del Prado, y hasta el 2 de febrero, podemos disfrutar de la exposición “Sofonisba Angissola y Lavinia Fontana. Historia de dos pintoras”, con la que, según algunos expertos, la pinacoteca busca seguir haciendo justicia a las mujeres dedicadas a este arte, hecho que comenzó en 2016 con la primera Exposición de una mujer, Clara Peeters, en los 200 años de existencia del museo.

Son 33 las pintoras presentes en las colecciones del Prado (69 incluyendo grabadoras, ilustradoras, etc). El número de pintores en los fondos de la pinacoteca supera los 5.000. Si bien es cierto que a lo largo de la historia numéricamente existen más pintores que pintoras, no menos cierto es que a diferencia de sus colegas varones, durante mucho tiempo, a ellas se les limitó su formación y las que alcanzaron cierto prestigio durante su actividad fueron olvidadas posteriormente..

Y lo que sí resulta innegable es que las mujeres son las grandes ausentes de los museos del mundo.

La Muestra presenta un total de 75 obras y si nos decidimos a visitarla podremos descubrir la valentía y personalidad de estas 2 admirables mujeres italianas del s. XVI que, según Leticia Ruiz, jefa del Departamento de Pintura Española hasta 1500 y comisaria de la exposición, contribuyeron “a trazar los peldaños decisivos hacia una visibilización femenina y encontrar en la práctica artística algo honorable”.

Labinia Fontana (Bolonia, 1552-1614) fue hija de un pintor muy célebre de Bolonia y la primera pintora profesional de la historia, y además una “artista de la conciliación”: compaginaba su trabajo, dirigiendo su taller de pintura y viajando, con frecuencia, a Roma y Florencia, con ser ama de casa y madre de 11 hijos. Fue la primera mujer que se atrevió a pintar escenas mitológicas y a incorporar desnudos, en una época en la que una mujer no se podía formar en las academias y no podía acceder a la contemplación directa del cuerpo humano.

Entre sus obras expuestas figuran retratos, obras religiosas y mitológicas como “Cabeza de Joven” de la Galería Borghese, “La Virgen del Silencio” del Escorial o “Minerva desnuda”.

Sofonisba Anguissola (Cremona, 1535-1625) recibió una educación humanista y fue una privilegiada de su época al poder acceder a conocimientos de idiomas, literatura, música, danza, arte… Debió destacar desde niña en sus dotes artísticas ya que su propio padre envió al mismísimo Miguel Angel Buonarroti un dibujo realizado por Sofonisba, que agradó mucho al genio.

Aunque se casó 2 veces no tuvo hijos y la Corte de Felipe II la llamó como dama de compañía de la reina Isabel de Valois. Estuvo en nuestro país 14 años durante los que retrató a los miembros de la familia real, aunque “no firmó los retratos porque no le correspondía”. Ni siquiera los cobró, aunque fue compensada con ricas telas y joyas.

Fue una fantástica retratista y una de las artistas que más se autorretrató. En la exposición podremos ver sus retratos de Felipe II, Isabel de Valois, Ana de Austria….

La exposición es apasionante y abunda más en lo sorprendente que resulta la ausencia de esta gran calidad pictórica en las grandes pinacotecas del mundo.

Pero la invisibilidad de las mujeres en los museos debería llegar a su fin. En este afán, el propio Museo del Prado, el pasado 10 de Enero, en su presentación de actividades para el 2020 anunció como pistoletazo de salida, y en su compromiso de seguir haciendo justicia a las artistas, la exposición “Las invitadas” que abordará el papel de la mujer en el sistema español de arte en el s. XIX y primeros años del s. XX (11 de mayo al 1 de junio de 2020).

 

Estaremos expectantes

 

Carmen Albalá

arquitecto

 

 

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