Ha pasado un año desde que por primera vez nos encontramos un grupo de mujeres con ganas de compartir experiencias y con inquietudes de mejorar lo que hay a nuestro alrededor.
Ha sido un verano, lleno de gente dispuesta a disfrutar en playas, o en destinos turísticos. Pero también han sido dolorosas y constantes las noticias de llegadas de inmigrantes en pateras buscando un futuro, y de refugiados caminando sin norte ni esperanza.
Destrucción y odio en el atentado de Las Ramblas. Y rabia, ante la utilización política del dolor de las víctimas. Preocupación por el desafío secesionista catalán y los intentos de destruir un sistema democrático asentado en nuestra nación.
Durísima la noticia de la madre de 25 años fallecida en el Hospital de Valme, y las denuncias vertidas sobre la falta de gestión de la sanidad.
Y lamentables los hechos en torno a Juana Rivas, la desinformación y las consecuencias finales de un caso incomprensible que sin duda se repite en muchas ocasiones.
Y de nuevo comienzo de curso y volver a empezar. No es igual que el año pasado, es un año más de vida, como reza la canción, para crecer, trabajar, compartir, y perseguir nuestros ideales, con el calor de los días de verano, dispuestas a romper el hielo del invierno.
Una buena noticia nos precede, y es el acuerdo de todas las fuerzas políticas en el Congreso y refrendado en el Senado sobre un Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Las propuestas van dirigidas a la prevención poniendo énfasis en la educación, la formación y la sensibilización; a la asistencia, apoyo y atención a las víctimas y a la mejora de la coordinación a la respuesta institucional con modificaciones legislativas y mejoras judiciales que incluyan la formación de los operadores de los juzgados de Familia y la especialización de los juzgados de lo Penal y la declaración por videograbación de las víctimas, entre otras medidas.
Además, se pone especial interés en el papel determinante de los medios de comunicación y las redes sociales, con propuestas dirigidas a elaborar una guía de buenas prácticas que pretende mejorar el tratamiento de las noticias, concienciando sobre el lenguaje, evitando los detalles morbosos y desplazando el reproche social hacia el agresor, evitando siempre testimonios que puedan perjudicar a las víctimas.
Este es el primer Pacto de la Legislatura, un ejemplo tanto por la forma en que se ha llevado a cabo, como por el fondo, ya que las propuestas acordadas, cuando se materialicen en el Pacto de Estado, mejorarán sustancialmente la lucha contra esta lacra social. Solo desde la fortaleza de la unidad podremos acabar con el machismo y con la violencia de género que es su expresión más cruel y dolorosa.
El Dictamen incluye también recomendaciones concretas para erradicar otras manifestaciones de violencia de género que aparecen recogidas en el convenio de Estambul: la trata de seres humanos, la violencia sexual, la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados.
Creo que puede ser un reto para nuestra asociación, conocer a fondo estas medidas al mismo tiempo que hacernos eco de las mismas en los foros y organizaciones con las que colaboremos, prestando especial atención a las adolescentes y las nuevas formas de violencia y control que estamos conociendo a través de las redes sociales. Y sobre todo, prevenir, fomentando la presencia, la opinión y la participación de mujeres con sólidos convencimientos sobre el papel de la mujer en la sociedad.
Alicia Martínez